El fin de la Civilización Occidental

Quede bien claro que ésta es solo mi versión, bastante indocumentada. Para escribir una suficientemente rigurosa, debería estudiar Historia y Sociología y un montón de disciplinas más. O bien, simplemente estudiar o autotitularme periodista, lo cual según se ve te autoriza a escribir lo que te salga de los cojones a partir de dos datos no contrastados y una opinión recogida entre el alumnado de una guardería. así que lo que sigue será simplemente una disgresión; y si la escribiera otro día, obtendría sin duda otro resultado.
A mi me parece que la civilización occidental, hoy dominante y admirada y codiciada por el resto del planeta, tiene los días contados. Porque resulta que ya es totalmente incapaz de autoabastecerse. Por encima de la demanda de alimentos y de materias primas, temas ya de por sí suficientemente chungos, está la demanda energética, que pese a tanto Protocolo de Kioto y tantas mandangas, está claro que va a aumentar paulatinamente. Así que empezaremos por subrayar que toda esa demanda la ha de satisfacer el llamado Tercer Mundo.
Entretanto, los occidentales decaemos. Hemos creado un montón de necesidades sin las que ya no podemos pasar, y al mismo tiempo nos hemos acostumbrado a satisfacerlas sin apenas esfuerzo (y el que diga que si yo es que me levanto a las seis de la mañana, y que si trabajo como un cabrón diez horas, y que si mi abuela fuma, que le pregunte a un minero boliviano, a un trabajador de un fábrica vietnamita o a un pobre negrito del Sudán). Simultáneamente, nuestro espíritu combativo disminuye rápidamente y nuestra tolerancia crece, lo cual éticamente (y la realidad se pasa la ética por el arco de triunfo) es buenísimo... pero así andaban en general las grandes civilizaciones en el esplendor que precedió a su caída. Porque siempre hay un vecino que no es tan pacifista ni tan tolerante.
Bueno, donde la tolerancia en cambio no aumenta es en EE.UU., país joven y lleno de extraños fanáticos. No obstante, es un imperio en declive que se va creando enemigos y perdiendo poderío económico frente a sus rivales. Y ya están emergiendo nuevas potencias: China y los países musulmanes.
En realidad el escenario que yo imagino es una Europa y Norteamérica debilitados ante las mayores prestaciones demandadas progresivamente por sus proveedores, y en un primer estadio, China como mayor potencia económica mundial. Pero ojo, no hay que descuidarse de los países musulmanes. Ya ha sucedido que pueblos guerreros procedentes de zonas sin recursos (o con ellos) han ocupado más o menos violentamente las civilizaciones consideradas más poderosas ("invasión" bárbara del Imperio Romano; surgimiento del imperio Mogol en toda Asia). Así que quedaríamos en un mundo nuevamente polarizado, no ya entre, digamos OTAN y Pacto de Varsovia, sino entre mundo islámico (religión dominante, como en la vieja Europa cristiana + abundancia de recursos energéticos + escasez de otros recursos naturales + población creciente + pueblos guerreros) y China (potencia económica y población creciente). África quedaría mayoritariamente englobada en el Mundo Islámico, y América del Sur aguardaría aún su despertar. Europa y Norteamérica serán las presas codiciadas en primer lugar por los nuevos polos de poder. En un principio, quedarán debilitadas y a merced de la voluntad de éstos; pero ni a musulmanes ni a China les iba a temblar la mano a la hora de hacer uso de la fuerza militar. El valor de la vida humana es otro en estas sociedades, simplemente.
Quizá en otro capítulo más adelante me atreveré a fantasear sobre como será la nueva vida del europeíto bajo esas hegemonías.