martes, 25 de diciembre de 2012

Así que era esto

Oí como comentaban el otro día dos compañeros de la misma empresa pública donde yo trabajo (que da beneficios) lo enormemente mal que les parecía que los funcionarios vascos cobraran la paga extra de Navidad. Se me abrió una bocota de dos palmos. Les pregunté si estaban de acuerdo con que nos hubieran suprimido dicha paga a nososros (igual pensaban que eso contribuía a sacarnos de la crisis, que hay gente para todo). Pues no, les parecía fatal. Con los ojos haciéndome chirivitas, les pregunté entonces por qué no eran partidarios de que con los funcionarios vascos no se cometiera la misma injusticia que con nosotros. Me dijeron que ¡les parecía injusto que si nos la quitaban a los demás no se la quitaran a ellos! Y entonces inquirí en qué pensaban que nos perjudicara que los vascos la cobraran o en qué nos beneficiaba que se jorobaran como nosotros. No, que en nada, pero les parecía injusto. La conversación llegó a un punto muerto cuando yo dije que lo injusto era que nos la quitaran a nosotros, no que se evitara cometer una injusticia con ellos. Y entonces me dió la impresión de que era ENVIDIA DE LA MALA. Y que había topado con uno de esos defectos de los españoles que yo creía un simple tópico explotado por esas generaciones de escritores desde la del 98 hasta nuestros días, pero no; de golpe y porrazo, a los casi cincuenta años, la proverbial envidia de los españoles se me había manifestado con toda su crudeza de color verde bilis. Y perdí otro poquito más de fe y esperanza en la p... Humanidad.